La cuasi muerte de Franco en el Teresa Herrera

Un gol de José Eulógio Gárate pudo haber salvado la vida del dictador

El Teresa Herrera de 1973 ha pasado a la historia como el de la “resurrección” del trofeo, después de varios años en los que el decano de los torneos de verano concatenó varios fracasos deportivos y económicos. Sin embargo, esta edición estuvo cerca de ser recordada por algo bien diferente.

El día de la final, como venía sucediendo de forma intermitente desde hacía una década, Francisco Franco se encontraba presenciando la final de la competición en el palco. El dictador contaba con casi 80 años de edad y, aunque aún no sufría las complicaciones de salud que lo afectarían desde finales de año, venía padeciendo el mal del parkinson desde 1969 y su estado era ciertamente delicado.

El presenciar la final del Teresa Herrera, que se disputó durante 137 minutos bajo una húmeda y fría noche de verano, casi se lleva por delante a Francisco Franco

El partido del que saldría el ganador del XXVIII Teresa Herrera era un Atlético de Madrid-Spartak Trnava que terminó con empate a un gol. Al final de la clásica prórroga de 30 minutos los contendientes no fueron capaces de anotar ni un solo tanto, pero en vez de proceder al lanzamiento de penaltis, como es habitual en la actualidad, las normas de la competición contemplaban que se disputasen sucesivas prórrogas de 10 minutos hasta que alguno de los dos equipos consiguiese anotar un “gol de oro”.

Todo esto significó que un encuentro que había comenzado a las 20.30 horas se extendiese hasta más allá de las 23.00 de la noche. El clima de A Coruña en el mes de agosto destaca por su suavidad tanto de día como de noche, pero ese 5 de agosto del 73 se registró la temperatura más baja del mes, con una mínima de trece grados, tres por debajo de la media. Además, la llegada de la noche coincidió con el descenso de una húmeda y fría niebla que provocó un enfriamiento en Franco, que se sintió indispuesto.

La salud de Franco era muy frágil a la altura del Teresa Herrera de 1973, y cada vez iría a peor ©Gahetna

Tras rebuscar por todo el estadio de Riazor para conseguirle una manta o algo similar para abrigar al anciano y enfermo Caudillo, un alto cargo del Régimen exigió a la organización del torneo que hablasen con el árbitro para detener el partido y proceder al lanzamiento de penaltis para terminar de una vez y que Franco pudiese volver al Pazo de Meirás.

Los miembros de la comisión organizadora se negaron en rotundo, amparándose en que el reglamento de la competición no contemplaba esa fórmula, iniciándose entonces un tira y afloja que cortó de raíz José Eulógio Gárate con un gol en el minuto 137 de partido.

FUENTES

TESTIMONIOS DE LOS PROTAGONISTAS

REVISTA RCD AGOSTO 2002

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