La revista oficial del trofeo Teresa Herrera publicó en 1994 un artículo firmado por Edson Arantes do Nascimento Pelé, en el cual el mejor jugador de la historia recuerda su participación en la edición de 1959 del decano de los torneos de verano y del cual destacamos varios extractos a continuación:

“Guardo un juvenil y muy grato recuerdo de esa ciudad que también está cerca de Compostela. Lo que voy a escribir aquí son los recuerdos breves de cuatro días, creo, que vivimos en La Coruña.

Tengo una colección de fichas en las que mis ayudantes fueron apuntando durante todos los años de mi carrera las visicitudes de la misma. Vine con el Santos a jugar la XIV edición del Trofeo y conseguí quedar campeón con mi equipo. Miro la ficha: habíamos jugado el 21 de junio, niebla por la mañana y notable calor a la hora del partido. Creo que dormíamos en un hotel llamado Finisterre. Miro la ficha: dice que había 38.000 espectadores, pero a mí me pareció que había aún más. Estaban subidos a los sitios más raros y no cabía un alfiler, como dicen ustedes, en las gradas. Recuerdo, eso sí, que el terreno de juego estaba maravilloso, como una alfombra.

Lloré cuando besé el trofeo Teresa Herrera

Entre los dos equipos brasileños que llegamos a la final contábamos con una decena de figuras de primerísima fila, una verdadera selección nacional. Yo me excluyo por lógica ética, pero aquel día jugaron en el Estadio Municipal de La Coruña hombres como Getúlio, Zito, Jair Alfonso y Pepe, por los nuestros. Yo también, claro. En el Botafogo había bastantes estrellas: Ernani, un portero fabuloso, a pesar de los cuatro goles que le marcamos; Nilton Santos -¡oh, qué maravilla!-, Chicão, Garrincha -un momentito, que yo me arrodillo ante el recuerdo de Garrincha-, Didí -otra maravilla-, Paulinho, Waldir, Zagallo… eran todos muy buenos.

Yo lloré cuando besé el trofeo. La ovación de la gente de La Coruña fue inolvidable. Aún guardo las fotografía de la doble vuelta que dimos al terreno de juego con el trofeo pasando de mano en mano. Después lo celebramos con champán y la directiva del Santos nos dio dinero y regalos.

En La Coruña fuimos a ver un faro enorme y viejo y un jardín pequeñito en el que había una tumba. Todo era muy misterioso. También quisimos comprar helados en una casa heladera al lado de la bahía, pero el míster no nos lo permitió

Recuerdo también que el día antes de jugar nuestro míster nos llevó de paseo y después al cine. Era muy, muy bonita la bahía de La Coruña y aquel día estaban en el puerto muchos barcos. Fuimos a ver un faro enorme y viejo, pero se llegaba a pie con dificultad. Fuimos a un jardín pequeñito y allí había una tumba. Todo era muy misterioso y sacamos algunas fotos. Y quisimos comprar helados en una casa heladera, al lado de la bahía, pero no lo permitió el míster. Todo muy bonito. Esa ciudad, La Coruña, es hermosa, con mucha gente alrededor. La gente, muy amable, nos aplaudió muchísimo. Yo fui feliz en La Coruña.

Algún día yo volveré a La Coruña, que creo que es todavía muy bonita. A todos mis amigos gallegos envío también un saludo afectuoso.”

Firmado: O Rei, Pelé